Monasterio de les Avellanes

El Monestir de les Avellanes es un conjunto simple, sin grandes ornamentaciones que cuenta con varios espacios construidos a lo largo del siglo XX. Aun así, del edificio original del siglo XII se conserva el claustro y parte de la iglesia, donde hay elementos góticos.

La actual construcción del Monestir de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes es prácticamente toda del siglo XX. Pero ha conservado el encanto del antiguo monasterio románico. Se encuentra en Os de Balaguer, en la carretera que lleva hacia Àger.

Hay que tener en cuenta que, actualmente, es un lugar de espiritualidad y que, además, es todo un complejo formado por una hospedería, un restaurante, espacios de reunión, una casa de colonias que queda más apartada, un archivo, una biblioteca y una parte donde se instala una tienda.

El monasterio fue fundado por los condes de Urgell, el año 1166 y fue uno de los más importantes de esta zona, que seguía la regla de Sant Agustí. En 1835 se extinguió la comunidad y pasó a manos privadas. Uno de sus propietarios vendió los sarcófagos que se conservaban, de los condes Ermengol VII y de su esposa Dolça, de Ermengol X y del vizconde Àlvar de Cabrera, que hoy se encuentran en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. En 1910 pasó al poder de los hermanos Maristas, que han hecho las reformas pertinentes para convertirlo en este gran espacio de ocio y descanso.

Del monasterio original del siglo XII se conserva el claustro, formado por arcos de medio punto que caen sobre parejas de columnas, con capiteles lisos o poco trabajados. En los ángulos, y en el centro, la galería se refuerza con pilares cruciformes de cuatro columnas adosadas.

La iglesia es de planta de cruz latina, de época gótica, que quedó inacabada por culpa de la muerte de Ermengol de Urgell. Por eso, la nave acabó siendo más corta y provoca la impresión de un amplio crucero, donde hay un ábside central y cuatro absidiolos rectangulares. El ábside y el transepto se cubren con bóveda de crucería, pero la parte original de la nave tiene una cubierta de madera. Posteriormente, en el brazo norte del crucero se abrió un portal gótico. La sala capitular y el dormitorio de los monjes también son góticos, de la misma época.

En su interior no hay grandes esculturas, ya que está decorado de manera muy sencilla, y solo se encuentran trabajos escultóricos en la puerta de entrada y en los capiteles del claustro, y es un trabajo muy simplificado. De hecho, se trata de un conjunto que busca la simplicidad, dejando al margen la ornamentación.

Desde el monasterio organizan visitas guiadas los fines de semana y para grupos con previa reserva. Además, proponen varias actividades y talleres para los visitantes a lo largo del año. En el restaurante se pueden realizar catas de vinos y el servicio de hospedería permite vivir una experiencia espiritual.