Su costa tiene diecisiete playas de arena fina, muy bien consideradas, entre las que destacan las dos situadas en la vertiente de poniente, que por el acceso relativamente difícil son una muy buena alternativa para los que buscan disfrutar del mar en un entorno más resguardado.
Este ecosistema costanero es objeto de una cuidadosa protección y divulgación: el Centre d'Estudis de la Mar organiza recorridos guiados para hacer descubrir el perfil medioambiental de la franja que une los litorales de Sitges y Vilanova i la Geltrú.
Los deportes tienen una amplia cabida en Sitges: su tradición marinera ha derivado en toda una serie de aplicaciones de ocio relativas al mundo del mar, que se reparten entre los tres puertos d el municipio: Port Ginesta, Garraf y Aiguadolç reúnen una oferta que incluye cursos, alquiler de veleros y cruceros, submarinismo...
Otro deporte que ha arraigado en Sitges es el golf, con su concurrido Club de Golf Terramar.
Sitges es también un municipio dedicado por completo a los negocios y al comercio. Así, por un lado, y a gran escala, encontramos el Sitges Convention Bureau, una institución que reúne a los mejores profesionales del ramo del turismo de Sitges y que funciona como gabinete de asesoría para visitantes y empresas, mediante el cual se recomiendan las mejores instalaciones para celebrar congresos y convenciones y que sirve como inmejorable plataforma de divulgación del patrimonio local.
Pero en Sitges también tiene importancia el pequeño comercio: más allá de la red que forman los establecimientos de la zona comercial, en un desvío de varias calles en el núcleo de la villa, el municipio pone a disposición del visitante una oferta comercial con elementos más pintorescos.
De esta oferta destacan el conjunto de establecimientos de anticuarios o el mercado al aire libre de los jueves, que se celebra desde la Edad Media. Dada la particular idiosincrasia turística del municipio, la localidad disfruta de libertad horaria en lo que respecta a comercios, hecho que permite pasearse por las tiendas hasta bien entrada la noche.
Otra buena opción para visitar la villa fuera de la temporada de verano es el Festival Internacional de Cine de Catalunya, que desde 1968, y bajo diferentes denominaciones, ha sido un escaparate de la producción cinematográfica mundial.
Las fiestas populares son también un muy buen aliciente para el visitante. Resultan especialmente atractivas la fiesta mayor, dedicada a Sant Bartomeu, o la fiesta del Corpus Christi, una de las más vistosas de Catalunya.
No debemos olvidar el Carnaval, desenfrenado y colorista, que tiene uno de los epicentros más significativos en la famosa calle del Pecat. No obstante, el origen del nombre se debe al vergonzante baño de sangre que se produjo en ella el 1 de mayo de 1838, cuando la villa intentó repeler el sitio de las tropas carlistas.
En el transcurso de este Carnaval se celebra una xatonada popular, momento que sirve a los presentes para reivindicar los orígenes de Sitges de este plato, ya que la primera cita documentada sobre él parece ser que salió de este municipio.